Por más que suban los plazos fijos siguen perdiendo contra la inflación

El presidente de EEUU, Joe Biden, aseguró esta semana que “la inflación es su principal prioridad nacional”. No fue una emulación de Alberto Fernández. En casi todo el mundo, e incluso en las economías más estables de Europa, el aumento de precios está siendo uno de los principales problemas de las economías regionales y -¡ni hablar!- de las economías familiares.

Si así golpea la postpandemia y la guerra de Rusia a Ucrania en el mundo, en Argentina se magnifica todo: en abril la inflación fue del 6% y en los primeros cuatro meses del año llegó al 23%. Pero también hay buenas: la economía crece a buen ritmo mes a mes, el dólar permanece estable después del primer “visto bueno” por parte del FMI en la revisión de la economía argentina del primer trimestre de 2022.

En este contexto, el BCRA subió las tasas de interés y elevó el porcentaje de 46% a 48% anual para los plazos fijos de personas físicas, quedando una tasa mensual de 4% y un rendimiento anual efectivo de 60,1%.

De esta manera el plazo fijo vuelve a ser “competitivo” frente al aumento del precio del dólar que, en comparación, aumentó menos. En 2022 el dólar oficial subió casi un 14%, el MEP un 4,2% y el CCL 3,5%, números bastante inferiores frente al 23% de la suba del costo de vida. Si el plan económico de Guzmán de bajar los precios es efectivo sostenidamente en los próximos meses, el plazo también será competitivo frente a la inflación.

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