Mientras las cotizaciones de los dólares continúan en baja desde que se selló el acuerdo con el FMI, Martín Guzmán tuvo esta semana su debut con la UIA y la cúpula sindical argentina como emisario del gobierno para controlar la inflación. Se espera que el aumento de precios de marzo arroje un resultado del 6% y el ministro de Economía no pudo salir de ese encuentro anunciando nada rotulante sino más de lo mismo.
El dólar blue bajó a $196 y llegó a su valor mínimo del año quedando a sólo $3 del dólar ahorro (valor oficial + impuestos) que superó la barrera de los $193. Por su parte los valores de los dólares que cotizan en bolsa acompañan la tendencia bajista: el CCL descendió esta semana la barrera de los $190 y el dólar MEP se mantiene estable también cerca de los $190.
Si bien el gobierno puede “vanagloriarse” de sus avances en materia cambiaria, con el control de precios pasa justamente lo contrario. A la inflación de febrero del casi 5% hay que sumarle un 6% de aumento en el índice de precios de marzo, que es lo que anunciará el INDEC el miércoles que viene. Así, de no controlar esta variable vital para la alimentación de las familias pobres e importante para vida y los ahorros de otra buena parte de la población argentina, el gobierno no podrá controlar la conflictividad social en las calles de los movimientos sociales. Tampoco podrá con los sindicatos, si la proyección anual inflacionaria no baja del 60%. Las cúpulas sindicales de la CGT son propensas a acordar siempre, pero en las bases hay mucho descontento: hace dos semanas Caló fue desplazado de la UOM después de 18 años.
Cerrada la negociación con el FMI, Martín Guzmán parece tomar las riendas de “la guerra contra inflación” que anunció el gobierno. Sin embargo en la reunión que mantuvo esta semana con empresarios y sindicalistas, no pudo anunciar nada distinto a lo que fueron las reuniones anteriores con estos sectores: “reapertura de paritarias” y “conformación de una canasta básica de alimentos”. El gobierno en su afán de querer de quedar bien con todos, no toma decisiones importantes y se gana la antipatía de los sectores populares y medios que ven cómo mes a mes el poder adquisitivo de sus ingresos se deprecia.
Con una inflación tan alta, en Argentina ahorrar es invertir.