La selección argentina de fútbol se consagró campeona del mundo luego de 36 años al ganarle a Francia por penales la final del mundial de Qatar. Así, la Asociación del Fútbol Argentino se aseguró una jugosa suma de 52 millones de dólares en premios entre lo que otorga la FIFA y lo que da la Conmebol.
Hasta allí los beneficios económicos de la entidad madre del fútbol, pero: ¿El campeonato ganado por Lionel Messi y compañía puede garantizarle además beneficios a la economía argentina en 2023?
Según estudios realizados por economistas en base a datos del Banco Mundial, los países campeones del mundo en fútbol masculino mejoran su PBI en 1,6% promedio desde el campeonato de Italia 1990. Claro que, como cualquier promedio, no todos los casos fueron iguales: España pasó de un -3,8% en el, 2009 a un 0,2% de crecimiento el año de su primera consagración; Francia tuvo un crecimiento de 2,3% en 2017 y el año de su triunfo en Rusia mejoró 1,9%, cuatro décimas por debajo del año anterior.
Argentina no la tendrá fácil. Así como empezó la Scaloneta con un 1 – 2 ante la, a priori, débil Arabia Saudita, Alberto Fernández y su equipo deberán superar un 2022 que finalizará con un aumento del PBI en torno al 5%. Si tomamos las predicciones de distintos economistas en Bloomberg, se espera que la economía nacional mantenga su variación anual cerca del 0% en el mejor de los casos.
Pero más allá de lo meramente numérico, existen sectores de la economía que se benefician del éxito de sus selecciones en el mayor evento deportivo del mundo. El turismo suele ser un gran ganador, debido a que la visibilidad del país campeón y la valoración positiva de su imagen por haber llegado a un logro tan importante juega a favor en la llegada de visitas internacionales. Otro punto es la mejora de los niveles de consumo a corto plazo. Esto, si bien suele ser bastante efímero, colabora a resaltar el impacto de la victoria.
Argentina, además de tener que remontar una mejora de 5 puntos y un panorama poco prometedor para el 2023, también juega con una particularidad: por primera vez el mundial se jugó a fin de año. Esto conlleva una traba más, ya que la proyección de cada país campeón mundial al año siguiente a su consagración fue de desaceleración o retroceso en el crecimiento del PBI. Si esto se observase dentro de uno o dos trimestres, el viento de cola que genera la consagración no llegaría a engrosar del todo la cifra de fin de año.
Las cartas están echadas. El enorme mundial de la Scaloneta le plantea otro desafío al equipo de Fernández. Y todo hace suponer que el gobierno argentino necesitará también de tiempo extra y penales para lograr el objetivo.