El sector energético argentino se consolidó como el gran protagonista de la balanza comercial durante el primer semestre del año. Entre enero y junio, registró un superávit de US$ 3.167 millones, cifra que supera al superávit total de toda la economía nacional en ese mismo período, según datos oficiales.
Este resultado histórico se explica por una combinación de factores: el fuerte aumento de las exportaciones de petróleo y gas —impulsadas principalmente por la producción no convencional en Vaca Muerta— y una marcada caída en las importaciones de energía, gracias a una mayor oferta interna y menores necesidades de compra en el exterior.
Mientras otros sectores aún enfrentan restricciones externas y debilidad en sus ventas al mundo, la energía se consolida como uno de los motores clave del ingreso de divisas al país. En un contexto donde la Argentina necesita dólares genuinos, el desempeño del sector energético aparece como un punto alto en medio de la incertidumbre económica.
