La semana pasada se conoció la inflación de noviembre y, si bien fue de 2,5% y se desaceleró el ritmo de los meses previos, acumula 45,4% en el año y -al ser diciembre históricamente un mes con aumentos de precios- la inflación total de 2021 pasará o quedará muy cerca del 50%. Otro año más que las operaciones financieras de renta fija tradicionales, como el plazo fijo, perdieron contra la suba de precios.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se desaceleró con fuerza en noviembre y marcó el menor registro del año junto con agosto. La medición interanual fue del 51,2%. Hubo una importante merma del aumento de precios en los rubros “alimentos” y “bebidas sin alcohol” luego de los últimos acuerdos del programa Precios Cuidados.
La tasa de interés fijada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para los plazos fijos en pesos es del 37% anual, 13% por debajo de lo que será el IPC total del año. Por su parte, los plazos fijos UVA tienen una tasa variable que se ajusta por inflación más un 1% nominal anual.
Mientras los plazos fijos tradicionales permiten plazos desde 30 días, el tiempo mínimo para un depósito UVA es de 90 días. Hay otras dos grandes desventajas en los plazos fijos UVA: una es que salirse antes del plazo tiene una tiene un penalidad que solo reditúa el 2,5% mensual; y otra es son mecanismos de inversión gravados por el Impuesto a las Ganancias a escala progresiva del 0% al 35%, dependiendo del resto de los ingresos gravados que tenga el inversor.
La poca educación financiera que existe en Argentina, hace que la mayoría de los ahorristas sigan optando por los bancos y con mecanismos que licúan el poder adquisitivo de sus ahorros. Hay muchas operaciones y mecanismos de inversión para que los ahorros no sólo no se achiquen sino que crezcan y generen buenas ganancias.